18 años dando cobijo a los sintecho en Badajoz

Gloria Díez tiene 45 años y su vida se truncó hace uno y medio. Esta mujer divorciada perdió su casa y, al no disponer de recursos económicos, se vio obligada a vivir en la calle. Después de estar varios meses con depresión, durmiendo en naves industriales y alimentándose en comedores sociales, recaló en el Centro Hermano de Cáritas. Eso fue hace dos meses, pero los trabajadores, los voluntarios y los usuarios de esta institución han vuelto a dar otro vuelco a su vida. «Aquí no sólo he encontrado comida y techo, sino que me ha aportado algo mucho más importante: una familia y amigos. Aunque venía algo desorientada, me recibieron con los brazos abiertos. Me han dado mucho cariño», explica.