De Prada: «En el escritor hay una vocación de ermitaño reprimida» en Badajoz

Si Loquillo defendió el pasado miércoles en la Feria del Libro de Badajoz que un creador no puede vivir en su torre de marfil, que es esencial que entre en contacto con su público, Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) afirmó ayer en el mismo contexto que los encuentros con los lectores no son necesarios, «porque en otras épocas (como en el siglo XIX) los escritores eran personas anónimas». «Esto es algo propio de nuestro tiempo -continuó- porque tenemos lo que llaman la cultura de la imagen que impone ese acercamiento». Para justificar su reflexión, argumentó: «Las ferias de libros para tímidos como yo son difíciles. Lo único bueno o medio bueno que puedo tener son los libros, realmente como persona soy bastante deplorable. Siempre tienes miedo de defraudar al lector que se te acerca. El encuentro directo con él es duro».