Juan Luis conecta con el mundo en Sin categoría

Agustín Fernández trabajaba como comercial en una empresa de hierros, un puesto que le exigía mucho, y en donde la palabra conciliación no existía. Jornadas sin fin. «Muchos viajes, muchas horas, estar todo el día de acá para allá». Un día a día que cambió radicalmente cuando a su único hijo, Juan Luis, le detectaron algo que, en principio, podía ser autismo. Fue cuando rayaba los dos años, en la guardería a la que empezó a asistir. Más adelante, el pronóstico se confirmó. Cambió la vida y no podía mirar hacia otro lado.