La mirada de Paco el Bajo y su mala leche en Sin categoría

Te voy a contar cómo me metí en Paco el Bajo. Hay que ir de dentro a fuera. Lo de dentro es lo que se siente, su esencia. Todo el mundo me decía que Paco era un personaje servil. Yo leía y releía la novela y pensaba que no, que el meollo de Paco era la bondad absoluta, incondicional, sin pedir nada a cambio. Paco profesa un amor incondicional hacía Iván, su señorito (...). Paco tiene el amor del perro hacia el amo que le maltrata. Está dando todo su amor a un ser inmundo, esa es la clave. Entonces es cuando, instantáneamente, empiezas a ir de dentro a fuera. Intentas concretar ese sentimiento en aspectos físicos visibles. Piensas: Paco ha de tener la mirada del perro cuando el amo le abandona en una carretera». Así explica Alfredo Landa cómo dio vida al famoso personaje extremeño de Los Santos Inocentes. Comentando también que tenía que andar cargado de espaldas, porque lleva el peso de un amor no correspondido, «se niega a creer lo evidente: que Iván se ha convertido en un hijo de la gran puta». Uno de los mejores actores españoles, que se nos acaba de ir, lo contaba en el año 2008 en el libro de Marcos Ordóñez 'Alfredo el grande. Vida de un cómico. Landa lo cuenta todo'.