La semana de la moda en un otoño camuflado en Sin categoría

Nadie diría que, justamente hoy, 21 de septiembre, arranca esa estación de hojas caídas y melancolía llamada otoño. En Cáceres, el otoño parece tener efectos totalmente opuestos a los intrínsecos a la estación. No hace frío, ni una ráfaga de esas que te hacen estornudar, ni el relente de la mañana que en las capitales señoriales del norte hacen que la rebequita sobre el brazo sea el complemento estrella de sus burgueses vecinos. Nos enfrentamos a una semana con más de 30 grados de temperaturas máximas, el horror de los calurosos, de los que desearían ya encerrarse tras los cristales, ver como llueve y esperar. Además, aquí la estación posee la rara habilidad de hacer florecer todo lo que se escondía, mortecino, enterrado en ese limbo de no-vida que es el verano. Aunque parezca mentira ver coches circulando puede llegar a generar un ánimo positivo, la sensación de vivir acompañado y no en un desierto en donde no sucede nada de nada.