Los últimos chupitos de la primavera cacereña en Sin categoría

La cineasta extremeña Irene Cardona contó un chiste durante una entrevista radiofónica que me hizo gracia y que viene a cuento. He aquí: «¿qué le dice un jardinero a otro? Disfrutemos mientras podamos». La ciudad se encuentra ahora en esos momentos postreros en los que todo está a punto de acabar y hay que beberse lo que queda a sorbos, paladeando esos chupitos que se acaban. El chiringuito cultural va bajando sus puertas poco a poco, y hay que disfrutar los últimos soplos de música y teatro antes de que nos engulla el verano y el vacío más total y queden pocas opciones más allá de comerse un helado o limarse las uñas. El pasado jueves fue uno de esos días en los que chocaban actividades de empaque, de las que suelen generar problemas de agenda para los que tienen que trabajarse el don de la ubicuidad: el Festival de Teatro Clásico de Cáceres abría sus puertas a lo grande con el estreno de 'El nombre de la rosa', un acontecimiento cultural que ha hecho ruido en el resto del país. Es la primera vez que el novelón de Umberto Eco se representa sobre las tablas, después de una alineación de planetas que ha conseguido poner de acuerdo a compañías de cuatro comunidades autónomas, que han apechugado con un presupuesto de 200.000 euros, después de la difícil misión de conseguir los derechos de autor de la obra. La campaña de promoción articulada para dar a conocer esta obra ha dado sus frutos y el nombre de Cáceres ha logrado esa meta siempre deseada de colarse en el Telediario (que quieras o no ven millones de personas de forma simultánea) además de contar con la atención de otros medios nacionales, que también viste mucho. El pasado jueves el teatro se llenó y aplaudió de pie. La alcaldesa Elena Nevado y la consejera Trinidad Nogales no se perdieron este estreno.