Un ingeniero cacereño de altos vuelos en Sin categoría

Fernando Ramón Sánchez Moreno echa por tierra de un plumazo la imagen de los jóvenes que la crisis se ha encargado de fabricar: formados pero sin trabajo, emigrantes forzosos o abocados a vivir en la casa familiar hasta los 30 años. Poco futuro para una generación perdida. Él, sin embargo, no está en ninguno de esos supuestos, ni tampoco entre los jóvenes que, atraídos por buenos sueldos durante el boom constructor, dejaron pronto los estudios y prescindieron de la cualificación.