Una reforma esperada y con dudas en Sin categoría

Si algo puede decirse de la Plaza de la Concepción es que no hay un vecino «tipo». Este rincón de la ciudad es una especie de microcosmos con mucha variedad humana. Están los de paso, que toman cañas en las terrazas y los que beben informalmente en el parque. También los comerciantes, hosteleros y residentes en la zona, incluso los que se casan en el Palacio de la Isla. Cada cual tiene unas necesidades distintas y diferentes maneras de valorar unas obras que pretenden cambiar la cara de este entorno, algo degradado en los últimos tiempos y en donde se ha intensificado la vigilancia policial.